Félix Allueva y la perseverancia del rock venezolano
El nombre de Félix Allueva está estrechamente vinculado al de la historia del rock en Venezuela. Desde su creación en 1991, ha estado al frente del festival Nuevas Bandas, uno de los eventos musicales más importantes del país, y que ha servido de cantera para agrupaciones icónicas como Caramelos de Cianuro, Viniloversus o La Vida Boheme.
En sus 31 años de vida, el Nuevas Bandas ha sorteado diferentes obstáculos en la medida que el país se fue convirtiendo en un terreno cada vez más hostil para los movimientos culturales no alineados con la revolución bolivariana. Crisis políticas y económicas nacionales, estallidos sociales y la reducción de los espacios para el arte, el festival atravesó la historia contemporánea de Venezuela sin bajar la santamaría salvo en su edición de 2007, precisamente por problemas financieros.
Sin embargo, esa racha se vio interrumpida con la llegada de la pandemia de covid-19. Por primera vez en su trayectoria, el Nuevas Bandas pasó dos años consecutivos sin realizarse, en 2020 y 2021. Esto canceló las actividades presenciales para su 30° aniversario, aunque sí se lanzó el disco recopilatorio La culpa es del jurado: 30 años de Nuevas Bandas.
Por eso, cuando Allueva anunció el regreso del festival este año, se sintió como un regreso triunfal. La cita fue el 13 de agosto frente al Centro Cultural Chacao (CCCh), en un área de dos cuadras de la avenida Tamanaco de Caracas. A diferencia de las ediciones anteriores que habían tendido a celebrarse en escenarios cada vez más pequeños, este año el despliegue contó dos grandes tarimas en plena calle, así como los espacios interiores del CCCh. Todo el evento se convirtió en una gran convergencia de música, artes y activismo digna de sus años dorados.
He wanna rock
Félix Allueva nació el 29 de noviembre de 1955 en Caracas. Es licenciado en Trabajo Social con un posgrado en Psicología Social, pero durante la mayor parte de su vida se ha dedicado a ser productor, escritor y gestor cultural. A finales de la década de los años ochenta comenzó a involucrarse con el movimiento del rock venezolano, en un momento en que comenzaba a bullir con grupos como Sentimiento Muerto, Zapato 3 y Desorden Público.
Esto lo llevó a participar en el festival Los Insurgentes, realizado en 1989 y 1990 en el Teatro Cadafe de El Marqués, y donde muchas bandas del floreciente V-Rock consolidaron su reputación frente a una juventud ávida de nuevos sonidos. Al año siguiente creó la Muestra de Bandas Pop de Caracas, en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg). Para sus posteriores ediciones sería conocido como el Festival de Nuevas Bandas. Hasta 1994 fue un evento completamente de exhibición, en el que bandas como Caramelos de Cianuro obtuvieron su primera gran vitrina. A partir de allí adoptó el formato competitivo que mantiene hasta la actualidad.
Con su proyecto convertido en toda una institución, a Allueva se le puede considerar como el padrino de toda una generación de bandas venezolanas. Esto al punto que el movimiento rockero surgido entre 2005 y 2015 es frecuentemente llamado “la generación Nuevas Bandas”. Sin embargo, como promotor cultural, Allueva también ha impulsado otros géneros como el jazz y la música electrónica. De hecho, en 2018 la Fundación Nuevas Bandas creó el Festival de Música Urbana, para darle la misma tribuna al movimiento Hip Hop.
Allueva ha equilibrado todo esto con su labor como docente, siendo también un reconocido investigador sobre la historia musical de Venezuela. En 2008 publicó su libro Crónicas del rock fabricado acá, que compila la historia del género en el país hasta esa fecha. Posteriormente actualizó su trabajo con la movida de la última década, con su libro Rock Vzla 1959-2019, de 2020. En su último trabajo publicado en noviembre de 2021, El acecho de una silenciosa exclusión, desarrolla junto a la organización Provea el fenómeno de la marginación de los movimientos artísticos independientes y las violaciones de derechos del sector cultural en los últimos 20 años.