La creadora de contenido se convirtió en la cara visible de la plataforma que impulsa la conexión cultural y que unió a usuarios de distintas generaciones y regiones a través del lenguaje

La creadora de contenido se convirtió en la cara visible de la plataforma que impulsa la conexión cultural y que unió a usuarios de distintas generaciones y regiones a través del lenguaje
La historia de Katty Kanzler se ha difundido ampliamente gracias a su rol como comunicadora y voz visible de Venezolario, una aplicación creada para rescatar y compartir el dialecto venezolano. Junto a su hermano, Ronald Kanzler, Katty transformó un proyecto familiar en una plataforma que permite a cientos de personas reencontrarse con palabras y expresiones propias de la identidad venezolana.
Su presencia constante en redes sociales y su capacidad para explicar con cercanía el origen y uso de cada término han sido determinantes para que el juego conecte con públicos diversos. Ese alcance no solo ha ampliado la comunidad de usuarios, sino que ha elevado a Venezolario a la categoría de herramienta cultural y educativa, capaz de generar memoria afectiva y sentido de pertenencia.
“La aplicación ha crecido muchísimo en los últimos meses. Cada mensaje de apoyo, cada comentario y cada partida compartida nos demuestra que el proyecto tiene un valor real y que conecta con la gente”, afirmó Katty para El Diario.
La venezolana, de raíces alemanas y originaria de la Colonia Tovar, destacó que la expansión del juego permitió recibir testimonios de personas en distintos países y generaciones: abuelos que juegan con sus nietos, familias que se reúnen a través de videollamadas, migrantes que se sienten acompañados cuando recuerdan palabras de su infancia. Para Katty, estos gestos confirmaron que Venezolario no solo entretiene, sino que también reconstruye vínculos culturales.
“El público nos hizo entender que estábamos logrando algo más grande que un juego. Muchas personas sienten que Venezolario les permite reconectar con su cultura y su lenguaje, y eso nos impulsa a seguir desarrollando nuevas funciones”, señaló.
El intercambio con los usuarios se ha convertido en el corazón del proyecto. Katty elabora contenido donde explica términos y sus contextos, generando un espacio donde diferentes generaciones conversan y comparan sus formas de hablar. A partir de estos aportes, el equipo identifica mejoras, corrige pistas y organiza futuras actualizaciones.
La aplicación también ha avanzado gracias a la colaboración de aliados como Alejandro Liendo, creador de Diccionario Venezolano, y Elimar Bonilla —conocida en redes como Pana Hispana— divulgadora de la cultura venezolana y especialista en lenguas. Sus aportes han fortalecido la precisión y profundidad del contenido, ampliando las referencias lingüísticas y regionales dentro del juego.
Katty subrayó que uno de los principios fundamentales del proyecto es mostrar que en Venezuela coexisten múltiples formas de nombrar un mismo objeto o situación. El objetivo no es establecer definiciones únicas, sino resaltar la riqueza que surge de la diferencia.
“La intención de Venezolario no es imponer un modo de hablar, sino mostrar la amplitud del dialecto y crear un espacio donde distintas regiones y generaciones puedan compartir sus expresiones”, afirmó. Este enfoque ha permitido que la comunidad se sienta parte activa del proyecto, reconociéndose en su diversidad.
Con el crecimiento sostenido y el desarrollo de nuevas etapas, Venezolario se consolida como una herramienta cultural que inspira conversación, memoria y pertenencia.
Desde su rol como creadora y puente comunicativo, Katty Kanzler ha logrado que una aplicación nacida en familia se convierta en un espacio para reencontrarse con las palabras que acompañan la historia de cada venezolano. Su trabajo demuestra que la cultura también se preserva en los pequeños gestos cotidianos, en un juego compartido y en la decisión de recordar quiénes somos a través del lenguaje.